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Monday, July 31, 2017

El legado de un adicto al opio



"Aún cuando tus contemporáneos te silencien por envidia, otros vendrán que sin favor ni pasiones te harán justicia"
SENECA
Epístola a Lucilium, 79, 17









Ronroneo 7: La influencia de Samuel Taylor Coleridge y de su poema "The Rime of the Ancient Mariner"


La sociedad ha enterrado a muchos genios en la ignominia. A veces porque sus creencias son peligrosas para el poder o la moral en turno y otras veces simplemente porque reconocerlos resulta incómodo.
Durante sus vidas, la historia es por lo general hipócrita con los genios creativos. Le gusta coquetear con ellos, les abre sus piernas para hacerles creer que pueden seducir al tiempo, les acaricia hasta excitar sueños de inmortalidad y al final ... termina casi siempre, de la forma más dramática, rechazándolos y  negándoles cualquier tipo de placer.Terminadas sus vidas, la obra es lo único que sobrevive y así, sus nombres.
Sería injusto tratar de hablar de genios que vivieron miserablemente sus vidas porque son muchos. No hay un personaje más cíclico y redundante en la sociedad que el de un genio en la pobreza e incomprendido. Sin embargo, me parece interesante escribir acerca  de uno en particular que, por ser un adicto,  tiene su legado devaluado: Samuel Taylor Coleridge.
A pesar de ser un extraordinario poeta, crítico literario, filósofo e intelectual religioso  ocupa un minúsculo rincón en la historia, rincón que corre peligro de desaparecer de la memoria colectiva. Muchos historiadores  han demeritado el valor de la obra de Coleridge bajo el argumento de que las  drogas fueron no solo un estímulo para su proceso creativo sino el proceso mismo. Algunos de sus múltiples retractores opinan que  el opio era el escritor y Coleridge un medio interesante, pero casual. Molly Lefebure, en Samuel Taylor Coleridge : A Bondage of Opium, presenta una postura diferente acerca del efecto de la drogadicción en el escritor:

Coleridge’s imaginative powers and concentration were literally destroyed by the drug: his intellectual capacity was fearfully eroded, his sense of truth hopelessly distorted

Nadie puede negarle ser el padre del género romántico inglés  y al mismo tiempo, nadie quiere reconocerlo como una influencia de nada adicional. En este ronrroneo quiero rastrear la influencia de Coleridge generada por su poemaThe Rime of the Ancient Marineren otros escritores, decisiones políticas y el pensamiento occidental.

El legado...

“ I have often attributed my attachment to, my passionate enthusiasm for, the dangerous mysteries of ocean to that production of some of the most imaginative of modern poets.”
Robert Walton, Frankenstein

                                                                                                              
Con su poema, Coleridge no solo logró evidenciar lo temeraria que  era la navegación polar en una rima angustiosamente romántica. Coleridge formuló, tal vez sin saberlo,  el desafío que el Reino Unido estaba esperando y que terminaría por impactar a todo el mundo anglosajón : la conquista de las orillas del mundo y sus demonios.
Inglaterra encontraría la justificación a correr los riegos de la exploración polar después de derrotar navalmente, en la batalla de Trafalgar, a la armada de España y Francia para impedir la expansión del ejército de Napoleón Bonaparte. La batalla confirmó que la identidad inglesa estaba dentro de un barco y que era un deber inglés mantener ese liderazgo para garantizar la existencia del imperio. A partir de ese momento, ninguna otra misión resultaba más importante para Inglaterra que dominar la región polar para poder controlar las rutas de comunicación más convenientes con el oeste –lugar desde donde las colonias proveían los mayores ingresos al imperio-. Encontrar el pasaje del noroeste también prometía poder izar la bandera inglesa en tierras  vírgenes  de la colonización europea, explotar nuevas regiones minerales y la obtención de esclavos. – la esclavitud no fue abolida oficialmente hasta el año 1833-

The Rime of the Ancient Mariner era muy popular entre marineros quienes, tal vez por su gloriosa métrica, cantaban sus versos convencidos de que se trataba de una canción. Este hecho fue el combustible que la exploración polar necesitaba para mantenerse vigente en el espíritu de los viejos y permear en las nuevas generaciones de ingleses sedientos de trascendencia.
Veinte años después de que Samuel Taylor Coleridge publicara The Rime of the Ancient Mariner  aparecería en la literatura el personaje Robert Walton, quien puede considerarse la primera representación literaria –siendo el marinero de Coleridge el origen- de la obsesión inglesa por la exploración polar. El capitán Walton inicia su historia navegando por el Ártico y describe las razones de su expedición de la siguiente forma:


“The inestimable benefit which I shall confer on all mankind, to the last generation, by discovering a passage near the pole”
Una mañana, días después de iniciar su navegación rumbo al Polo Norte, el capitán descubre algo insólito a la vista: un hombre en un trineo flotando sobre un bloque de hielo cerca de su barco. Después de ordenar que sea rescatado, limpiado y alimentado  se entera que el náufrago es el Dr. Victor Frankestein –quien, estoy seguro, no necesita presentación-.

Durante su adolescencia, Mary Shelley escuchó (más de una vez) The Rime of the Ancient Mariner de la voz del mismo Coleridge. Muchas  personas ignoran que  para Shelley el poema de Coleridge y la situación política de Inglaterra con respecto a la exploración polar, fueron la influencia que se convertiría en el marco de referencia de su obra literaria más importante.
Hoy en día, muchos consideran a Mary Shelly como la madre de la literatura de terror. Además, su novela Frankenstein es considerada  la primera publicación en el género de literatura polar. A pesar de su inescapable influencia en la situación política y en la obra de Shelly, nadie asocia a Samuel Taylor Coleridge con estos géneros literarios.
Más de veinte años después de la publicación de Frankenstein, el suceso que mantuvo  la atención sobre la exploración polar – al provocar una crisis- fue la expedición de John Franklin en el año 1845. Mientras dirigía su segunda expedición en busca del pasaje del noroeste, los dos barcos que dirigía, el Terror y Erebus, se atoraron en el hielo para nunca permitir a la tripulación regresar a Inglaterra.
El ministerio de marina del Reino Unido ofreció una recompensa que desencadenó decenas de expediciones de rescate que fútilmente zarparon hacia la latitud máxima para tratar de encontrar a los desaparecidos.
Cuando el explorador escocés John Rae trajo consigo restos humanos carcomidos y la historia de que los tripulantes de la expedición Franklin habían fallecido no sin antes recurrir al canibalismo para intentar sobrevivir,  el escritor Charles Dickens, quien tenía en cuenta la buena reputación de Rae, salió a la defensa del honor inglés.

Así, otro grande de la literatura se vio relacionado con la literatura polar creada por Coleridge. Para defender su argumento de que los valores ingleses jamás permitirían actos de canibalismo, Dickens publicó en la revista Household Words (donde él era el editor) largos argumentos para desacreditar la experiencia narrada por Rae y decidió publicar, junto con Wilkie Collins, la obra de teatro “The Frozen Deep”.
The Frozen Deep narra el conflicto de supervivencia entre Frank Aldersley y Richard Wardour -enemigos y prometidos de Clara Burnham- en el Polo Norte en donde Wardour decide, después de un análisis moral inequívocamente británico, no matar a Aldersley (mucho menos comérselo) aún sabiendo que el costo de esta decisión es su oportunidad de regresar con vida a Inglaterra.
En el año 1880, Arthur Conan Doyle  en ese entonces aprendiz de cirujano, fue llamado a reemplazar a Claude Augustus Currie  de la tripulación del barco ballenero “Hope”. El barco salió de Escocía para cazar focas los primeros dos meses en las costas de Groenlandia y terminó cazando ballenas cerca del Polo Norte. Los siete meses del viaje marcarían para siempre al escritor quien cumpliría la mayoría de edad abordo y regresaría para escribir su primer libro: “The Captain of the Pole-Star”.
La primera novela de Conan Doyle no tiene ninguna semejanza con las historias que posteriormente protagonizara su aclamado Sherlock Holmes. The Captain of the Pole-Star es casi una autobiografía sobre su experiencia en el Hope.

En el libro, a diferencia de lo narrado en su diario sobre el viaje, el capitán pierde la razón y  obedeciendo a espíritus árticos abandona a su tripulación para caminar en el hielo hasta su muerte.
Estados Unidos no sería inmune de la obsesión inglesa por la exploración polar. Edgar Allan Poe escribiría la novela "The Narrative of Arthur Gordon Pym of Nantucket", una premonición de lo que viviría Conan Doyle en el Hope y la tragedia de la expedición Franklin, en el año 1838. Cien años después, HP Lovecraft  mantendría la llama de la literatura polar encendida con su libro "At the Mountains of Madness".
En el año 1984 Iron Maiden publica el álbum Powerslave incluyendo el track "The Rime of the Ancient Mariner". La canción confirma, en un género músical engendrado en Inglaterra y ajeno al romanticismo que se le atribuye al poeta, que la influencia de Coleridge sigue salpicando el presente y que no tiene un perímetro definido. En la canción, la voz del Dickinson y el bajo de Harris, reverberan el eco que generaron todos los marineros ingleses que, desde sus barcos, cantaron el poema de Coleridge doscientos años antes.


Conclusiones

En la época que vivió Samuel Taylor Coleridge se usaba alcohol como solvente de opio crudo y a cualquier persona que sufriera algún tipo de dolor o malestar-incluyendo tos y fiebre reumática- se le recomendaba que consumiera Láudano (tintura que podía comprarse casi en cualquier farmacia y que tardaría más de cien años para que su venta requiriera una prescripción médica). Berridge y Edwards en su libro "Opium and the People: Opium Use in Ninetheenth Century England"  mencionan que el uso del opio con alcohol era un remedio muy popular para combatir los efectos de embriaguez y que incluso  se utilizaba para tartar a personas enfermas de alcoholismo.
El desinterés del estado por regular el uso del opio, el poco conocimiento de los consumidores sobre sus efectos y las recurrentes enfermedades que padeció Coleridge fueron el punto de partida para la adicción que acabaría con el poeta. Adicción que le excluiría del reconocimiento que su obra merece ya que reconocerlo implica el riesgo de que se analice su vida y las causas de su muerte. Aceptar a Coleridge como victima significa aceptar que el gobierno es culpable de haber permitido la libre comercialización de la droga que lo mató. Enaltecer la influencia de Coleridge es, al mismo tiempo, enaltecer el hecho de que el Reino Unido es cómplice de su muerte y de la muerte de muchas otras personas.

Casi doscientos años después de la muerte de Coleridge mucho ha cambiado.
La gente habla con bocinas y televisores para comunicarse con agentes de inteligencia artificial y servicios web corriendo en poderosos procesadores interconectados a la nube, se han lanzado numerosos satélites al espacio para conectar-por medio de internet inalámbrico- a todo el mundo, hemos descifrado completamente el genoma humano y cualquier persona  puede comprar en línea kits para realizar  ediciones genéticas gracias a la invención de herramientas como CRISPR pero... A pesar de lo impresionante que parezcan nuestros avances científicos y tecnológicos, no se ha desarrollado nada para reemplazar al opio como analgésico.
El opio sintético como el Fentanilo ha sustituido al Láudano y el número de víctimas relacionadas con la adicción de opiodes se ha multiplicado. Según el National Institute on Drug Abuse en los Estados Unidos cada día mueren 115 personas por sobredosis causada por algún derivado del opio. Para poner esto en perspectiva, la sobredosis por opio genera en solo tres semanas la misma cantidad de víctimas que los ataques terroristas del 11 de Septiembre en la Ciudad de Nueva York.
Si a estos números sumamos el empobrecimiento de la calidad de vida del adicto y de los familiares del adicto, el efecto de la negligencia de los gobiernos en colusión con la industria farmacéutica es inconmensurable.
Todo esto me ha hecho recordar la frase de un gran pensador inglés con la que cierro esta reflexión:


"If the misery of the poor be caused not by the laws of nature, but by our institutions, great is our sin."   
     Charles Darwin 











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